
Júlia Prieto Moya
"¿Qué es bueno para el dolor crónico?" Si has buscado en Google esta pregunta, es probable que lleves tiempo conviviendo con un dolor que no se va. Un dolor que ya te ha llevado por médicos, pruebas, fisioterapia, suplementos, terapeutas y un largo etcétera. Y aquí estás, buscando otra respuesta.
Yo también hice esa búsqueda alguna vez. Encontré muchos consejos bienintencionados: que camines, que fortalezcas, que medites, que no te obsesiones. Lo que nadie me explicó —lo que casi nadie explica aún— es cómo funciona el dolor crónico cuando NO está asociado a una condición médica como una artritis o una endometriosis. Y por qué eso cambia por completo la manera de abordarlo. Una que no reduce tu dolor a “estrés” como si eso lo hiciera menos real. El cuerpo está bien, pero el sistema nervioso sigue interpretando peligro.
Como psicóloga especialista en dolor crónico sé que uno de los errores más frecuentes es pensar que el dolor crónico es solo un dolor agudo mal curado.
Y no. El dolor crónico es una alteración en la forma en que el sistema nervioso procesa la información.
Es que hay un sistema de alarma que se ha quedado encendido.
Y lo sabemos porque se ve en las resonancias. Pero no en las resonancias del sitio donde nos duele. En las resonancias del cerebro. El dolor tiene que ver con la actividad cerebral.
Y sí, hay cosas que podemos hacer para ayudar a cambiarlo.
Esto es una nueva mirada.
La neurociencia actual nos da pistas claras.
No hay pócimas mágicas, pero sí caminos reales que pueden ayudar a que ese sistema nervioso encuentre otra vez el equilibrio.
💡 Claves como estas:
— Aprender qué le pasa a tu cuerpo cuando duele, y entender de forma clara lo que te ocurre, para que el miedo y la incertidumbre no agrave el dolor.
— Incorporar ciertas prácticas como el mindfulness que calman al sistema, que le enseñan poco a poco que no hay peligro, que puede aflojar.
— Y sobre todo hacerlo con una estructura, con guía y con sentido. Porque esto no va de aguantar, va de hacer pequeños cambios entendiendo qué estás haciendo.
No estás fallando tú.
Lo que pasa es que el enfoque tradicional se queda corto para explicar el dolor crónico
Y también para abordarlo con la profundidad que requiere.

Júlia Prieto Moya
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© 2025 Júlia Prieto Moya · Psicóloga clínica vía PIR/ Neuropsicóloga
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